"Los Jesuitas revolucionan las aulas", en el diario El País (29/03/2015).
Desde luego es una lectura sugerente para estos días con el vídeo que le acompaña. Posiblemente podréis conectar ahora con mucho de lo que hemos visto hasta ahora, y especialmente con el contenido del módulo II.
Destaco ahora dos fragmentos diferentes que, por separado, dan idea de cómo nuestra forma de entender condiciona lo que podemos hacer, decir, sentir e incluso notar:
“El alumno es el centro del nuevo modelo”, explica Minerva Porcel, directora pedagógica del cambio en el Claver, paseando entre las mesas de colores. “Los niños aprenden haciendo, son más autónomos, el trabajo es colaborativo, los profesores hacen preguntas, no dan las respuestas…”.
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“Yo, si fuera padre, sacaría a mi hijo”, sentencia Felipe de Vicente, presidente de Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto. “Estos inventos buscan que los niños estén entretenidos... Y a la escuela se va a aprender”. “La clase magistral no es mala, yo lo he aprendido todo así y tengo dos oposiciones”, continúa. “A Cervantes hay que explicarlo, y del Teorema de Euclides no se puede hacer un rap”. Llevar estas innovaciones a la educación pública le parece inútil e imposible: “Esto solo se puede hacer con un alumnado de clase media”.
Parece fácil imaginar el tono que acompaña a cada una de las afirmaciones, ja! Sería interesante juntarles a los dos en la misma clase de, por ejemplo, Psicología de la Educación.
Yo también leí este artículo el pasado domingo. En seguida me percaté de las diferentes concepciones implícitas que Minerva Porcel y Felipe de Vicente poseían de la educación y de lo que es el aprendizaje.
ResponderEliminarAlgo parecido ocurrió en el colegio público en el que yo estudié. Con la llegada al barrio del colegio de familias de clase media en las que ambos progenitores trabajaban fuera de casa largas horas, éstas fueron presionando al colegio para implantar nuevamente un modelo más tradicional, con deberes y horario partido en el que los niños pudieran pasarse horas y horas delante de una pizarra o un libro de texto. De esta forma los padres no tendrían que encargarse de la “educación” de sus hijos y éstos estarían entretenidos toda la tarde con los deberes sin tener que dar la “murga” en casa.
Estos nuevos padres, al igual que Felipe de Vicente, defendían el aprendizaje a través de las clases magistrales, en las que la creatividad y autonomía personal quedaban para un inexistente plano.
Quizá, como indica David, sería interesante invitar a una misma clase de Psicología de la Educación a defensores y detractores de este nuevo modelo ya que me temo que éstos últimos es probable que se hayan quedado en lo superficial del mismo y no hayan ido más allá. Es más, yo les invitaría a participar en una jornada cualquiera de estos niños a fin de que observaran la cantidad de cosas que pueden aprenderse sin necesidad de ofrecer clases magistrales y cómo estos pequeños nos sorprenderían con su capacidad de autonomía, responsabilidad y trabajo cooperativo.
Como defiende Miguel Ángel Santos Guerra “solo aprende el que quiere” y para ello es necesario interesar a los alumnos en aquello que han de aprender, tal como defiende Finkel.
En conclusión, podríamos decir que Felipe de Vicente posee una concepción implícita de la Enseñanza – Aprendizaje basada en la teoría directa, esto es, aquella en la únicamente importa el producto sin tener en cuenta el proceso ni situarlo en su contexto de aprendizaje. Para él “la simple exposición al contenido u objeto de aprendizaje garantiza el resultado” tal como define Pozo para esta teoría. Ello implica que el logro del aprendizaje será de todo o nada.
Mientras, Minerva Porcel, defiende una teoría constructiva en la que se pongan en marcha procesos metacognitivos en los alumnos. Para ella es “imprescindible considerar los cambios en los propios procesos representacionales del aprendiz, incluyendo tanto la manera de dar significado al objeto de aprendizaje como las metas de aprendizaje que se propone” tal como muestra Pozo. Por lo tanto, en contraste con la teoría anterior, tiene en cuenta no solo los resultados, sino también las condiciones y los procesos.
Hola Iris,
ResponderEliminarSiguiendo con tu metáfora, donde hablas de si "estos último [quienes se oponen a el nuevo modelo educativo que se menciona en la noticia] se han quedado en la superficie.... me preguntaría si las piedras flotan, ja!
Lo digo (siento que estoy explicando un mal chiste) por la mentalidad "rocosa", imperturbable, impermeable de muchos docente... quizás sean como piedras pómez, que sí flotarían; en cualquier caso, estoy de acuerdo en lo superficial (y simplista, añadiría) de sus aproximaciones para analizar la realidad actual e imaginar otras posibles.
Recuerdo también, a colación de lo último que dices, una frase de un gran formador y psicólogo escocés, John McWhirter, que trato de tener presente de vez en cuando: "if the clients could, they would". Seguro que le podéis encontrar conexiones con el tema del desarrollo epistemológico del tercer módulo ;)
Un saludo
David