Comenzamos el post comentando el fragmento de El País leído en la clase del martes, “Tres problemas de la Universidad”.
En este texto, el escritor nos muestra una parte negativa de la Universidad, sus problemas; y dando su opinión sobre ellos busca que se solucionen para la mejora de la educación en un futuro.
Estamos de acuerdo con lo que dice el texto, ya que pensamos
que la mayoría de los estudiantes universitarios no llegan con una buena base
para realizar los estudios superiores elegidos (algo que les perjudica
considerablemente). Esto, no es solo culpa de ellos, si no de la educación en
nuestro país y de los métodos que utiliza. Para el autor, el aprendizaje o la
educación no se basa en aprender de memoria el temario, plasmarlo en el examen
y después olvidarlo; si no en comprenderlo y ser capaz de recordarlo y poder
utilizar esos conocimientos en un futuro. Pero, por desgracia, el pensamiento
de los estudiantes de nuestro país generalmente es de aprobar la materia,
aunque no hayan asimilado correctamente los conocimientos y los olviden en un futuro cercano.
En nuestra opinión, encontramos una gran diferencia entre la
idea que tiene el autor de este texto de “educar” y la que tenemos nosotras. Su
idea es más instructiva; es decir, para el autor educar es instruir, transmitir
unos conocimientos; mientras que para nosotras la educación va mucho más allá,
por ejemplo, transmitiendo unos valores.
Por otra parte y recordando el debate surgido en la asignatura
sobre por qué acudimos a clases presenciales, consideramos que el ir a clase no
es simplemente una tradición o costumbre. Yendo a clase el estudiante tiene que
cumplir unas normas y unos horarios, de esta forma se “obliga” a estudiar o a
llevar las actividades realizadas (aunque sí que es cierto que muchos alumnos
siguen dejando todo para el último momento, en lugar de llevarlo al día).
También aprenden de los demás, ya que todos somos generadores de conocimiento.
Aprenden a cooperar y trabajar en grupo, se socializan y mantienen contacto
directo con el profesor (no es lo mismo explicar una duda por correo que en
persona), que actúa con sus alumnos como agente motivador.
Por último, volviendo al vídeo visto el jueves pasado, “The
first 20 hours”, pensamos que no todo se puede aprender en este escaso tiempo.
Si esto fuera cierto, ¿para qué existen Carreras de cuatro o cinco años de
duración? Es cierto que en veinte horas aprendes la base y con los Grados
profundizas más en los conocimientos pero, aun así no estamos de acuerdo.
Poniendo como ejemplo los idiomas, más concretamente inglés, seguro que todos
llevamos dando clase de este idioma desde pequeños (bastantes horas más de las
que dice el vídeo) y, sin embargo, la mayoría no seríamos capaces de hablar
correctamente dicha lengua. Aunque quizá esto puede deberse a que no seguimos
adecuadamente las pautas que nos muestra el vídeo.
Autores: Sandra Parrilla Pérez
Carolina Hidalgo Siulcyñska
Mónica Domenech Millán
Mónica Gutiérrez Gamboa.
Hola Mónica(s) y Carolina y Sandra,
ResponderEliminarBuen post para comenzar ;)
Gracias por la presteza en compartir vuestro trabajo a partir de la última sesión; sólo espero que no os hayáis sentido "obligadas" a ello, ja! Al menos no en el sentido más tradicional del término cuanod lo aplicamos a la educación.
Simplemente agradeceros el post y también señalar que el autor no sólo nos "muestra" esa parte negativa de la Universidad que él menciona... No sólo. También nos viene a mostrar -aunque de manera implícita- cierto entendimiento, cierta forma de entender y de dar sentido a lo que es su experiencia como profesor universitario. Nos viene a mostrar "desde dónde" atiende, y no sólo lo que ve. Pero, claro, nosotros también atendemos desde cierto "lugar" a lo que él dice ¿no? Casi podríamos decir que siempre es necesario atender desde cierto lugar para ver lo que se ve. Y que esto no es vanal, pues condiciona cómo y qué vemos.
Espero no liar demasiado...
Seguiremos hoy precisamente explorando un poco esta cuestión.
Hasta dentro de un rato
David
Hola a todas!
ResponderEliminarMe ha llamado la atención el comentario que hacéis sobre que el "pensamiento de los estudiantes de nuestro país generalmente es de aprobar la materia, aunque no hayan asimilado correctamente los conocimientos y los olviden en un futuro cercano" ya que he estado reflexionando acerca de ello desde que en las pasadas clases "teóricas" muchos compañeros/as nuestros expresaran como principal expectativa "aprobar la asignatura". Y es que yo me pregunto ¿qué hay detrás de ese deseo? ¿A quién temen (al profesor, a la asignatura o a ellos mismos)?
Personalmente creo que lo importante de todo lo que hagamos en nuestras vidas es aprender de ello, tanto de nuestros errores como de nuestros aciertos. El aprobado o la nota vendrá ligado a ese aprendizaje porque, no lo olvidemos, quienes suspendemos o aprobamos somos nosotros mismos, no el profesor. Esto ocurrirá siempre que el profesor sea un buen docente en el sentido de que sepa apreciar el aprendizaje y la evolución de sus alumnos.
Pero ¿qué puede ocurrir si el profesor es un mal docente? en tal caso, si no lleva razón en sus decisiones, creo que estaremos en pleno derecho (y deber) de hacérselo saber. A veces esto puede dar miedo dado que enfrentarse a un profesor podría tener consecuencias negativas pero, bajo mi experiencia, siempre la verdad prevalece sobre el mal hacer y en estos casos los profesores no tienen más remedio que darle a uno la razón, aunque sea a regañadientes ;) .
No obstante confío en que David sea justo en sus decisiones y podamos ser nosotros los dueños de nuestros resultados académicos y, lo que es más importante, de nuestros aprendizajes.
Un abrazo,
IRIS.