Al ver la portada de " El País" me impacto lo siguiente:
Rebelión de padres contra los deberes. Una iniciativa contra el exceso de carga escolar reúne ya 100.000 firmas. El resumen del artículo dice lo siguiente: Una madre de tres niños ha recabado mas de 100.000 firmas en apoyo de una iniciativa que cuestiona el modelo español de deberes escolares. Su hijo Diego, estudiante de primaria, pasa cada día entre dos y tres horas haciendo sus tareas. La petición pone sobre la mesa un debate recurrente en países como Francia y EEUU. Los expertos consultados coinciden en los males del sistema educativo español: tareas excesivas, repetitivas e iguales para todos y falta de coordinación entre profesores. Finlandia que apuesta por menos deberes, obtiene, sin embargo, mejores resultados en el informe PISA.
Yo, desde mi experiencia, tuve un maestro de matemáticas que jamás olvidaré, junto con el director del colegio era al único (contando colegio, institutos, bachiller y universidad) que había que llamarle Don seguido de su nombre. Gracias a este Don-seguido de su nombre, me llevé multitud de voces, alguna colleja, tardes enteras haciendo deberes de matemáticas y un aprobado en 6º de primaria muy raspado que me llevó a odiar las matemáticas de por vida.
Esta todo dicho.
A continuación dejo el enlace sobre la noticia:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/02/vidayartes/1333390053_270755.html
Hola Mario,
ResponderEliminarGracias por el post y por compartir esta noticia.
El argumento que yo más he escuchado contras los deberes se trata de su homogeneización, es decir, mandar lo mismo para todos y cada uno de los alumnos. ¿Qué ocurre entonces? Pues que como no todas las familias tienen los mismos recursos (y aquí se puede incluir el tiempo, nivel sociocultural, posibilidades etc.) para ayudar a sus hijos con sus deberes, es como si estas tareas vinieran hacer más patentes las diferencias, que de por sí ya existen, en los diferentes contextos familiares y culturales de cada alumno.
Bueno, por otro lado, no hay que ir muy lejos, ni recoger muchas firmas, para darse cuenta de que cuanto más se practica una habilidad más se mejora ésta. Es tan sencillo como eso. Otra cosa es qué habilidades se practican y se atienden en las escuelas y cuáles son reconocidas por los padres.
Para mí hay un problema mayor, de fondo, y se trata de esta cultura comparativa y competitiva donde parecen sumergirse todos, padres, profesores, tíos, abuelos, vecinos, (al final hasta los alumnos), donde hay unos primeros y unos últimos, unos mejores y otros peores, unos tontos y unos listos, unos vagos y unos aplicados, donde todos están deseosos de rankings, de superar a otros y no ser superados... Y de entrada eso está equivocado, profundamente equivocado, y de hecho me parece que estas ideas son bastante peligrosas, pues no entroncan de ninguna manera con los principios a los que debería responder la educación básica.
Ah!, cómo no, de nuevo, el recurrido modelo finlandés... si a estas alturas hubieran cobrado un canon cada vez que se les menciona en el extranjero como modelo a seguir o ejemplo ideal, creo que sus ciudadanos ya no tendrían que pagar más impuestos en los próximos 100 años.
El modelo educativo finlandés no se ha creado ajeno a la cultura e historia finlandesa, de nuevo, tan sencillo como eso. Parece que pensamos que, al igual que hacemos con productos fabricados allende nuestras fronteras, podemos importar o replicar un sistema educativo, ja! Asusta tal simpleza.
Hay concepciones implícitas y "diálogos internos" presentes en el mundo educativo que aún tienen que ser descubiertos por sus propios autores para poder estar en mejor disposición de proponer algo relevante y útil, más allá de la queja de turno o la conclusión rápida nacida de una forma de entender la realidad en base a un modelo de 'causa-efecto'.
Un saludo
David